A PROPÓSITO DE LAS ELECCIONES QUE SE AVECINANFernando Ortiz MéndezMagister en Ética Social y Desarrollo HumanoEstamos a pocos días del inicio de las campañas electorales, ya se acerca el tiempo deelecciones en nuestra tranquila comuna de Saavedra. Los partidos y organizaciones políticas ya han nombrado a sus candidatos a alcalde y concejales. Por algunos meses seremos testigos y veremos propaganda a favor de uno u otro candidato, de hecho los medios de comunicación locales ya han empezado con noticias para favorecer a unos pocos.
Hemos sido testigos cómo muchos candidatos han sido nombrados. En algunos se evidencia el interés de servir a los hombres y mujeres de nuestra tierra, pero en otros afloran sentimientos de egoísmo y deseos de poder. Desplazando en algunos casos, la dignidad del ser humano, convicciones, creencias y valores. Da la sensación de quet odo es válido para alcanzar algún sitio que permita lograr el anhelado poder y beneficiar a los adherentes más cercanos, dejando de lado la vocación de servicio público a la que todos los candidatos están llamados.
Tal vez seremos testigos, aunque ya hay algunos anticipos, de una variedad de campañas publicitarias. Unos haciendo denuncias, otros dañando al contendor, unos invirtiendo millonarias sumas, otros tratando de explicar lo inexplicable, unos prometiendo hasta lo imposible y otros simplemente no haciendo nada. Sin duda que lo primordial debe ser velar para que se mejoren las condiciones de vida en la comuna deSaavedra, una de las más pobres del país.
Y nosotros los ciudadanos comunes, que somos quienes elegimos a nuestras autoridades ¿qué podríamos hacer? ¿quedarnos quietos esperando que unos pocos decidan los destinos de la comuna o asumir un rol más protagónico exigiendo la verdad, honestidad, responsabilidad y respeto hacia la democracia?
Como ciudadanos tenemos la responsabilidad y obligación de defender nuestros derechos. Hoy seguramente los políticos se acercarán a nosotros para consultarnos cómo estamos y cómo lo estamos pasando. Tal vez sea el tiempo propicio para enrostrarle lo mal que lo han hecho o para felicitarlos en cuanto a su gestión. Sin duda que no podemos dejarnos engañar por promesas que nunca se cumplirán, sino más bien ejercer un control para que no nos pasen a llevar ni dañen nuestra dignidad.
Hoy más que nunca los habitantes de esta empobrecida comuna deben ejercer el derecho a decidir por sí mismos hacia donde quieren ir. Pero para ello necesitamos reforzar la participación, la libertad y oportunidad de opinar, para construir una sociedad fundada en la solidaridad y en los Derechos Humanos.
Los pobres, quienes lo pasan mal salga quien salga electo, han de ser protagonistas en estas elecciones. En otras palabras tienen que aprovechar la oportunidad para exigir que los “poderosos” por lo menos alguna vez se pongan en su lugar. Es el tiempo de desechar todo acto paternalista. Es el tiempo de denunciar los casos de cohecho. No podemos permitir que algunos candidatos aparezcan en los medios de comunicación entregando dineros a los pobres como si eso fuera un gran logro. No podemos permitirque nos sigan invadiendo con propaganda falsa.
En estas elecciones deben abordarse los temas más urgentes de la comuna, la extrema pobreza, la precaria calidad de la educación que reciben nuestros niños y jóvenes, las escasas posibilidades de una buena atención médica, las pocas oportunidades para nuestra gente, entre otros. Sin duda que el foco de atención debe ser la persona humana, especialmente aquellas más vulnerables, con las consecuencias lógicas que esto conlleva; lo que implica poner la administración pública al servicio del ser humano y no al revés.
Finalmente como ciudadanos tenemos la obligación de exigirles lo máximo a nuestras futuras autoridades. Elijamos a los mejores líderes. Alcalde y concejales con capacidades técnicas, servicio público, constructores del bienestar social. Hombres y mujeres que destaquen por sus valores y concepción ética del cargo público,responsables, honestos, íntegros, defensores de los más necesitados y del medioambiente.
EDITOR;
MUCHAS GRACIAS
DON Fernando Ortiz Méndez